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quarta-feira, 18 de janeiro de 2012

La Plata, primera victoria del Ejército Rebelde

17/01/2012  site http://www.pcc.cu/noti_ampliada.php?id_noti=6488
A las 2 y 40 de la madrugada del 17 de enero de 1957, dos ráfagas de ame- . tralladora disparadas por Fidel dieron inicio al ataque del naciente Ejército Rebelde, una veintena de combatientes, contra el pequeño cuartel de la tiranía ubicado en la desembocadura del río La Plata, que se convertiría en la primera victoria de las fuerzas revolucionarias de la Sierra Maestra.
Apenas se habían cumplido en ese momento las siete semanas del desembarco del "Granma", y solo 22 días habían transcurrido desde el reagrupamiento del reducido contingente de los supervivientes de Alegría de Pío, en el bohío del campesino Mongo Pérez en Cinco Palmas, cuando ya Fidel conducía a la tropa rebelde a su primera acción contra el enemigo.
La victoria de La Plata significó, de esta forma, una expresión de la irrevocable combatividad y voluntad de lucha del Ejército Rebelde, y una reafirmación de la justa línea revolucionaria adoptada por nuestra vanguardia y de las posibilidades de alcanzar por esa vía el triunfo total.
Tuvo, además, otra importante resonancia política, de acuerdo con el momento en que se produjo. Corrían por aquel entonces días difíciles para el movimiento revolucionario. Luego del revés de Alegría de Pío, la tiranía trataba por todos los medios de aniquilar al núcleo rebelde de la Sierra Maestra y, simultáneamente, llevaba a cabo una campaña de propaganda destinada a hacer creer que la Sierra Maestra era "asunto concluido" y que Fidel había muerto o abandonado el país. A esta labor del régimen, orientada a desalentar al pueblo y a los revolucionarios, se sumaba la inescrupulosa actividad de los politiqueros de la oposición burguesa, quienes también trataban de echar tierra al proceso revolucionario en marcha, a fin de crear el "clima electoral" que les permitiera reanudar sus rejuegos y maniobras, en busca de un nuevo reparto de poder que les asegurara el acostumbrado latrocinio y robo de los fondos públicos.
Frente a toda esta situación, la victoria de La Plata fue la confirmación rotunda de que el Ejército Rebelde, y Fidel a su cabeza, vivían y luchaban en el macizo montañoso oriental, y que mantenían en alto la bandera revolucionaria del Moncada y del "Granma".
Poco antes de iniciarse el ataque, el balance de las fuerzas rebeldes era el siguiente: 22 hombres armados con 9 fusiles de mira telescópica, 5 semiautomáticos, 4 de cerrojo, 2 ametralladoras Thompson, 2 pistolas ametralladoras y una escopeta calibre 16.
El Che, en su magnífico relato sobre esta acción, que forma parte de su libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria, describió en sus detalles aquel primer combate victorioso, donde una vez más la Revolución demostró su determinación de sobreponerse a cualquier revés y proseguir la lucha hasta el triunfo definitivo. La historia confirmó la justeza de este camino.
Periódico Granma

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